De Halloween en casa

En este sentido aunque seamos 3 contra 2, no hay democracia en casa.

Charles, Bicho y yo estaríamos encantados de celebrar Halloween en nuestra casa, ambientándola con calabazas, tela-arañas y esqueletos. Pero tanto a Sandra como a Cuzco no les hace ninguna gracia.
Sandra pasa auténtico miedo. Tanto que esta noche, es la única en la que ella no baja a los perros a la calle, los tengo que bajar yo; porque si ella se cruza con alguien disfrazado, o alguien que lleve algún bicho de mentira encima (como arañas o gusanos), se asusta tanto que hasta se marea. Y no queremos comprobar si llegaría a desmayarse.

Remodelación tecnológica en casa

Estando el pasado domingo en casa sin hacer nada, me puse a darle vueltas al tema de que San tiene que ver los programas de Fama Revolution! y Pekín Express o bien sentada delante del ordenador en el escritorio, o con el portátil, o para verlo en grande (como le gusta a ella), conectando el portátil por medio de un cable HDMI a la tele del cuarto. Lo cual tiene su engorro, ya que la distancia del cable es limitada, tiene que poner el portátil sobre una banqueta, lo que hace que tengamos menos espacio para movernos por la habitación, y cada vez que quiere pararlo, darle para adelante, o para atrás, tiene que levantarse e ir hasta el portátil. Vamos, como cuando antiguamente los televisores no tenían mando a distancia.

Y pensé:

Pescando

No me digan que no han tenido que hacerlo alguna vez. ... Pescar calcetines.

Prohibido para Charles

Siempre que subimos a La Coruña, la madre de San nos da un montón de cosas: Servilletas, mermelada, azúcar... y esta vez nos dió un GEL.

El Gel es Aloe Natural 100%, verde y espeso. A San y a mi nos va bien con él, pero Charles empezó a notar que le picaba todo el cuerpo.

Al llevar un par de días así le dije:

My camiseta

Llega un momento en la vida de toda prenda de ropa, en la que hay que tirarla o cojerla para trapo.
A mi me ha costado mucho hacer eso con esta camiseta.
Tiene exactamente 10 años; en su día le costó una pasta a una amiga, pero le he dado mucha tralla.

San ha querido tirarla muchas veces porque estaba echa polvo: manchas, deshilachada, ya transparentaba... me he estado resistiendo años. Pero ha llegado el momento de ponérsela a Bicho para que se tumbe encima.

¡Snif!

La Coneja de Cuzco

Antes de irnos de vacaciones (que por eso hemos tardado tanto en colgar nada en el blog) Sandra le había quitado una costra de una heridita en la cabeza a Cuzco, y aunque era un boquete, era pequeño, del tamaño de un grano.
Pues al ir a recogerlo ayer a la residencia canina, vimos que la heridita se había convertido en toda una Coneja... o más bien en un súper boquete o cráter; eso le pasó de tanto rascarse.