
Hace ya unos meses, que tanto Charles como yo le estamos comiendo la cabeza a Sandra para que cambie de móvil y se coja una BlackBerry. ¿Por qué? Para que esté conectada con el mundo.
Si alguna vez se quejaba de algo de su móvil le decíamos: tú lo que necesitas es una Blackberry.
O estando fuera de casa, alguna vez quería saber algo como la cartelera del cine, o buscar algo en google, y claro, se lo pedía a Charles; a lo que le respondíamos también: Ves, si tuvueras una Blackberry no tendrías que pedírmelo, podrías buscarlo tú sola.
Y a veces, cuando se hacía el silencio en casa le susurrábamos: "Quieres una Blackberry. Quieres una Blackberry...".