martes, 8 de mayo de 2012


Hoy sobre las cuatro de la tarde llaman a la puerta; normalmente no hacemos ni caso, pero como al entrar al portal, una de las vecinas, muy triste, nos contó que se llevaron a su madre a urgencias por algo del corazón, creímos que era ella y casi abro la puerta; pero me paré y miré por la mirilla. Se veía borroso, pero era un hombre, muy abrigado para el día que hacía, pero por si acaso fuera algún familiar de la vecina o algo así pregunté:

-Yo: "¿Si?"
- Desconocido: "Soy un señor"

Me aparté de la puerta y ahí lo dejé.

¡UN SEÑOR! Si al menos hubiera dicho "Soy El señor", quizás me lo pensaba y le dejaba entrar a casa, por aquello de...

(canten conmigo): El Señor, me ha invitado a su casa, la mesa está puesta, dipuesto está el pan...".
Pero no, en la canción Él me invita a su casa, no viene a la mía. Así que nada.

2 comentarios:

  1. Jajajajaja!! Algún pirado del pueblo, perdón, villa, perdón, ciudad.

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  2. tú te las buscas verdad?jejejejajja

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