miércoles, 30 de junio de 2010

¡Para hoy!

Ayer tuvimos que llevar a Cuzco al veterinario porque cojeaba mucho de una pata; de echo iba caminando sólo con 3.
Resulta que tiene una infección por clavarse una espiga.
Le mandaron antibiótico y limpiarle la herida con betadine; para eso tenemos que ponerle un bozal porque de lo que le duele intenta mordernos.

Así que, aprovechando que ahora tiene una minusvalía, le hemos puesto a vender cupones de la once.

lunes, 28 de junio de 2010

Mi sobrina y Poco...¿yo?

En uno de éstos días de vacaciones (si vacaciones, por eso no había escrito nada en el blog durante tanto tiempo) estaba con mi sobrina mirando las fotos de mi móvil para entretenerla, y cuando apareció ésto:




Sonrió y dijo: ¡Poco..! - Ahí empezó a arrugar la cara y se calló.

... Espero no haberle causado un trauma.

martes, 8 de junio de 2010

Invitado Inesperado


Estas cosas siempre pasan cuando yo no estoy en casa.

La primera vez fue una lagartija.

Yo estaba de guardia cuando me llama Sandra desesperada, muerta de miedo porque se había colado una lagartija en casa.

Claro, yo no podía hacer nada a parte de sugerirle que llamara a un amigo nuestro que vive muy cerca para que echara al lagarto.
El pobre colega se vino de donde estaba trabajando con el camión, para que Sandra pudiera moverse de la esquina del sofá donde estaba paralizada.
La lagartija estaba donde el perchero, detrás de la puerta de entrada.
Este amigo cogió unos guantes y se la llevó.

jueves, 3 de junio de 2010

Música en el cercanías


Hace unos días cogí el cercanías para ir hasta Madrid.
A la vuelta estábamos sentados un señor mayor, un hombre de unos 50 años y yo en un grupo de 4 asientos.
Cada uno de nosotros era muy distinto, no parecía que pudiéramos coincidir en nada.
Pues bien, fuimos los únicos que le dimos unas monedas a un señor que entró tocando el acordeón cuando pasó su vaso de plástico pidiendo dinero.
No se porqué, eso me hizo sentir muy bien.

Creo que en los tiempos que corren pocas personas se pueden permitir dar limosnas, pero hay muchas que las necesitan.

martes, 1 de junio de 2010

Calcetines blancos

Debido a que en nuestro trabajo nos dan ropa para hacer deporte, solemos tener basantes pares de calcetines blancos. Yo tenía unos 5 pares. Y Sandra, como los que le habían dado le quedaban grandes, le dio sus 4 pares a Charles.

Hasta ahí todo bien.

Yo voy 3 veces a la semana al gimnasio, y hago deporte en el trabajo de 2 a 3 veces por semana también. Eso hace un total de unos 5 ó 6 pares de calcetines blancos a la semana.

Pero cada semana que pasaba, tenía menos pares, hasta que sólo me quedé con 1. Eso me ponía de mal humor, ¡yo contaba con esos calcetines!
En cambio a Carlos "le criaban" calcetines en su cajón, hasta tal punto que el cajón no le cerraba.