martes, 22 de enero de 2013

Merienda canaria

Como hoy hacía un día de perros (mucho frío, lluvia, viento, nieve...) se me ocurrió darle una sorpresa a Sandra y prepararle para merendar un "postre" canario: Gofio-aceite-y-azúcar.

A mi tío Santi le sale muy bien, y pensé "no debe ser tan difícil". Pues bien; yo no se si fue porque lo preparé con Gofio de la Piña Roja en vez de amarilla (osea, más tostado), y usé aceite de oliva en vez de aceite de girasol... o eché poca azúcar (que a mi me estaba pareciendo una barbaridad), o poco gofio o ¡yo que se! Pero desde luego, como el Gofio-aceite-y-azúcar de mi tío Santi no me salió.


Por la pinta del resultado si que se podría decir que es un postre típico canario, ya que parecía roca volcánica en miniatura, y no sólo por el aspecto si no porque quemaba de la o.tia.


Y hablando de quemar,
    a mi no se me ocurre otra cosa para probar si estaba bien de azúcar que echarme un poco de gofio a la boca cuando aún estaba haciéndose en la sartén. Eso es como si alguien mete el dedo en la sartén para comprobar que el aceite está caliente.
Pues bien, me quemé la punta de la lengua y del paladar.
 
Pero me quemé de tal manera que no era capáz de escupirlo, tuve que coger el gofio con los dedos y despegarlo de la lengua. Podía notar como mis papilas fungiformes se freían y burbujeaban debajo de ese pegote de lava volcánica.

En fin, ya sea por amor, o porque le gustó un poco, Sandra comió Gofio-acite-y-azúcar para merendar con un café.

Eso sí, la casa quedó con un rico olor a mazapán.

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