domingo, 25 de marzo de 2012

Odisea Guinness


No os hacéis una idea de lo que me costó encontrar una cerveza Guinness en este pueblo..., perdón, villa..., perdón, ciudad.

No se donde viven ustedes pero, ¿de verdad es tan difícil encontrar una cerveza Guinness? Será que yo estoy acostumbrada que en mi Tierra la haya en todos lados..., claro que también hay extranjeros por todos lados, será eso.

Fui al Ahorramás, nada; Mercadona, nada; El Día, nada; al Carrefour ¡ni una! ¡agotadas!, pregunté en los bares cercanos a casa "lo siento, no tenemos esa cerveza"; en caso de tener alguna cerveza negra tienen Mahou, ¡¿Mahou?! ¡Es horrible!, bueno, las rubias no, pero la negra... a mi la única que me gusta es la Guinness.
Finalmente me fui al Eroski, ¡por fin! Allí estaban, medio ocultas en una esquina; casi me echo a llorar (en serio); me dieron ganas de ponerme de rodillas en plan "no soy digna", "no soy digna". Menos mal que la encontré allí, porque mi siguiente opción era irme al Hipercor, y está un poco lejos.

Pero por fin pude disfrutar de mi tan ansiada merienda.

3 comentarios:

  1. fuerte antojo no?de cerveza digo

    ResponderEliminar
  2. DESDE LUEGOOO ESO TE DARA UNA IDEA LO QUE ME PASA A MI A VECES, CUANDO QUIERO UNA COSA Y NO LA CON SIGO. ME DA UN CABREO DE ESPAMTO, PERDON POR LA EXPRECION JAJAJA.BESITOS OS QUIERO MUCHOOOOO.

    ResponderEliminar
  3. Pues si que te dio fuerte el antojo para recorrer tantos supermercados! XD

    ResponderEliminar