Bicho se salvó

Ayer Cuzco llegó del paseo amarillo, lleno de tierra, porque se metió en un riachuelo. Así que esta mañana me tocó bañarlo.

Normalmente cuando duchamos a los perros primero va Cuzco, que es el más conflictivo, y luego Bicho.

Así que, nada más empezar a ducharlo, Bicho se fue a la esquina más alejada del baño de la casa, intentando ocultarse entre las sombras.

Cuando acabé con Cuzco lo saqué al rellano para secarle y le puse la correa a él y a Bicho.

Bicho tenía "cara" de sorprendido, ¡os lo juro! Era como si pensara ¿No me vas a duchar? Y mientras secaba a Cuzco, ¡lo que nunca! Se acercó a mi y se puso a "darme besos" (chuparme). En serio, el perro tenía cara de agradecimiento.

Más tarde, cuando llegamos de pasearlos, para que Cuzco se terminara de secar al sol me puse a limpiar el baño, que apestaba a perro mojao' que pa'qué.

Los perros estaban tumbados en el sofá.

Pues, al oír el chorro de la ducha, Bicho levantó las orejas, pero no levantó la cabeza, se quedó inmóvil, casi sin respirar. Como cuando en clase el profesor hace una pregunta que no sabes, o pide un voluntario para salir a la pizarra y tú te medio escondes detrás de tu compañero, o miras para las musarañas para que "no te vea" y no te elija a ti.
Pues así.

Me dio la risa y seguí limpiando.

Bicho, se había salvado.