¿Y por qué es tan importante como para que salga en el blog? Porque es todo un aconteciemiento; yo no suelo cocinar, se me da fatal y no me gusta; pero hacía unas semanas que me apetecía comer arroz amarillo estilo mi madre, y como hoy Sandra no estaba y yo me sentía pletórica ¡me puse a ello!
Una hora y cuarenta minutos después estaba terminado. ¡A comer!
Me quedó un poco soso porque en vez de echarle una pastilla de caldo de pescado, le eché sal; pero gracias a eso, cada vez que nos tocaba una aceituna dábamos un salto de alegría, ¡fiesta!
De todas formas con un chorrito de limón quedó perfecto. Eso sí, sigo sin calcular bien las cantidades. hay ahí arroz para dar y repartir.
Todo es cuestión de practicar y practicar ;)
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