lunes, 26 de julio de 2010

Vaya Día!


ATENCIÓN, Entrada recuperada. Algunos ya han leído esta historia porque en su día la mandé por e-mail; para ese entonces yo no sabía manejar un blog.
¡Que la disfruten!


03 de Julio de 2007

¡Vaya Día!

¡Estoy agotada! Y es que hoy salí de trabajar de una guardia de veinticuatro horas.

Pero todo quedaría ahí y hubiera sido un día de salir de guardia más, si no hubiese sido porque en la guardia también estuvo mi perro, Cuzco.

Por la mañana la guardia fue como cualquier otra.
Sandra, no trabajó porque tenía el día libre. La idea era que ella fuera al trabajo para que el perro corriera alegremente suelto por allí por la tarde, que no hay ni el tato y está todo vallado. Pues no se me ocurre otra cosa que decirle a San que me deje el perro allí, para que no esté solo toda la tarde en casa, ya que ella luego se iba a trabajar de hasta las 2 de la madrugada.

¡Para que fue aquello! Si las guardias ya cansan, ésta cansó el doble. Todo el rato pendiente del trabajo y del perro.
Cogía el mando a distancia, se metía entre los cables, se enganchaba a las piernas de todo el que viera por ahí... En fin.
En el turno de noche que me tocó dormir, dormí fatal. Todo el rato pendiente de dónde estaba, que si mordía un sillón, que si se llevaba las sábanas...
Por la mañana se mete en el edificio donde nos cambiamos los trabajadores, y no se cómo apareció con una zapatilla en el hocico, que nos costó quitársela más de media hora. Los que no estaban de puesto, estaban corriendo detrás del perro.

Después de esa apoteósica guardia, y ya que estaba desvelada, nos disponíamos Sandra y yo a hacer la limpieza general de la casa como todos los sábados.
Como yo llevaba empeñada en limpiar las ventanas desde Junio, dije, ¡hoy es un buen día!
Pues no. Resultó ser un PÉSIMO día.
Empiezo a las 10:30 a.m. y a las 13h acabo. Sandra llama al telefonillo que había ido a comprar unas cosas y me dice “sal a la escalera a ayudarme”. Le abro, sale Cuzco, salgo yo... y ¡PUM! Se cierra la puerta.
¡MIERDA!
El perro fuera sin collar, la casa dentro todo por hacer (excepto las ventanas), y las gambas que trajo San descongelándose. ¡Imagínense el panorama!
Menos mal que Sandra es bastante vaga para esas cosas y había ido a comprar en coche. Así que cogimos, dejamos la compra en la puerta de casa (iba a estar más fresca que en el maletero), cogimos al perro por el collar anti-pulgas y nos montamos en el coche rumbo al trabajo.
Allí estaban unos amigos que acababan de entrar de guardia, ellos tienen una copia de nuestras llaves, y nosotros una de las suyas.
Del trabajo a su casa, y de su casa a la nuestra.
Las 14h.
La casa manga por hombro.
Yo no dejaba de pensar que si, en vez de darme por limpiar las “piiii” ventanas, la casa ya estaría limpia.
Desganada cojo el transportín de Cuzco, que estaba secándose en la bañera, para ponerlo en su sitio. Con tan MALA SUERTE, que se me cae encima de la palangana que había usado para enjuagar y retorcer el trapo de las ventanas.
¡PLASH! Toda el agua por el suelo. ...
Estaba agotada, rabiosa... casi lloro.
Pero no; no lloré, porque una desafortunada tórtola vino a demostrarme lo limpias que se me habían quedado las ventanas. Tenía que ser así, porque venía directa al salón hasta que se chocó con el cristal.
Yo no sabía si llorar... reír...
Bueno, a los amantes de los animales como yo, les diré que la tórtola se fue por donde vino aparentemente ilesa... haciendo eses en el aire.
Así que, con más entereza que la pobre tórtola, me puse manos a la obra.
Acabé a las 19h. Me duché y me metí en internet hasta que llegó la hora de dar de cenar a Cuzco y darle su paseo... de una hora.

Y ahora son las 22:30 y aquí estoy escribiendo mis aventuras y desventuras... como suelo hacer.

¡Ah! Si a todo esto se preguntan donde estaba Sandra, ¡no sean criticones! Ella se pasó todo el rato poniendo lavadoras, tendiéndolas y doblando ropa. Para después irse a currar otra vez.

FIN

Decidí colgar esta historia porque la gente que la leyó en su día me dijeron que se rieron mucho y que les encantó.

De hecho tengo una amiga a la que veo muy poco, una vez cada 2 años más o menos, porque vive en Hong-Kong, y la ultima vez que la vi en diciembre del año pasado, me comentó que se había reído muchísimo con esta historia.

Espero que a ustedes les pase lo mismo.

3 comentarios:

  1. Si es que Cuzco da más trabajo que un crío!!!! XDD

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  2. muy buena jajaaa quien te veria corriendo detras de Cuzco ,y eso de la tortola Erika como fue te lo pregunta tu primo Jason . El quiso escribirte algo y como siempre mi nuera termino las tareas de la casa ,como habran terminado las dos jajaaaaaaaaaa besitos .

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  3. Pobre Cuzco, siempre tiene él la culpa de todo... Si es que es un incomprendido!!! ali

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